Alergia y Farmacia

En este post hablaremos sobre una de las dolencias más cotidianas de los ciudadanos en estas fechas, pero a la vez y curiosamente, con más lagunas para la medicina.
La alergia es simplemente una reacción exagerada frente a sustancias extrañas que son reconocidas como diferentes al propio organismo, y que sin embargo son inocuas para la mayoría de las personas, y la primera pregunta que surge a aquel que la sufre es clara: ¿por qué experimento yo esta “reacción equivocada” ante esas sustancias, si a los demás no les afecta?

Pues bien… Realmente no hay una causa única, y probablemente es una combinación de factores que, juntos, acaban dando lugar a que el cuerpo reaccione de esa manera. El primer ingrediente son los factores genéticos, que han sido heredados desde nuestros padres y abuelos, pero incluso aquí comienza el azar a tomar partido, puesto que hay muchos genes que tienen relación con la alergia o no a cada sustancia (alérgeno) y para ser alérgico a él, tienen que estar presentes todos, con lo que… de padres alérgicos podremos encontrar hijos alérgicos a algo, y otros que no lo sean.

El segundo ingrediente son los factores ambientales, que tienen que ver con el contexto en el que vivimos o hemos vivido, de manera que dos personas genéticamente iguales, como puedan serlo dos gemelos, pueden desarrollar distintas alergias. La exposición a infecciones, la higiene, el contacto con animales, el uso de vacunas, antibióticos, la contaminación, el tabaco, la alimentación… son todos disparadores que habilitarán o no ese interruptor oculto que algunos, por genética, tienen. Además, son factores cambiantes durante la vida, desde la calidad del aire que respiramos al nivel de estrés que manejamos en cada momento de nuestra vida.

Para terminar de complicarlo todo, existe una hipótesis extendida en el mundo científico que también podría tener importancia en el desarrollo de alergias: la teoría de la higiene. Según ella, en el mundo super desarrollado occidental la exposición a gérmenes y sustancias nocivas es cada vez menor, de hecho, infinitamente menor si comparamos con las de nuestros antepasados. Pues bien, esas condiciones ultra higiénicas, a edades tempranas, harían que el sistema inmunológico no se desarrollase completamente y no adquiriese toda la capacidad para diferenciar entre sustancias nocivas y sustancias inocuas, y fuese un disparador más para comportamientos alérgicos.

Como puede deducirse, tanto azar, tantos factores implicados, tantas incógnitas… hacen que no sea nada fácil perseguir clínicamente las alergias, y por ello buena parte de la población sabe que tiene alergia a algo, pero convive con ello y con sus síntomas, que degradan su calidad de vida con congestiones, tos, mucosidad, etc.

En la farmacia se cuenta con un gran número de soluciones clínicas que permiten luchar contra esas molestias y mejorar la vida del usuario. Es además un lugar ideal para tratarla, al conocer las condiciones ambientales de la zona. En Liceo de Farmacia le hemos dedicado un curso de formación de farmacia para aprender todo lo necesario para reducir al máximo las molestias por alergia de nuestros clientes.