Diferencias entre medicamentos EFP, EFG y OTC

Tras el mostrador de la farmacia podemos encontrarnos con una enorme variedad de medicamentos, como son los EFP o los EFG. Los medicamentos pueden ser clasificados de numerosas formas según distintos criterios, como, por ejemplo, diferenciando entre los sujetos o no a prescripción médica.

En este artículo os vamos a hablar principalmente de un tipo de medicamento que nos encontramos con frecuencia: los medicamentos publicitarios (EFP). Antes de nada, debemos decir que aunque esté muy difundida y en uso, esta nomenclatura es en realidad, obsoleta, pues en la Ley 25/2009 se determinó que este tipo de medicamentos pasaran a denominarse medicamentos objeto de publicidad al público. Pese a esto, se sigue usando el término EFP y suele haber cierta confusión entre EFP, OTC y EFG.

¿Qué son los medicamentos publicitarios EFP?

Los medicamentos publicitarios EFP son medicamentos que no requieren una receta médica para que los clientes lo adquieran en la farmacia. Por lo tanto, es más fácil acceder a ellos. Dentro de los medicamentos EFP, el mercado más importante es el de los antigripales.

Como nos indica el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Lugo en su informe sobre medicamentos, este tipo de medicamentos aparecen en campañas publicitarias destinadas al público general. Para ello, deben cumplir los siguientes aspectos:

  • Su financiación no puede proceder de fondos de carácter público.
  • Han sido desarrollados, tanto por su composición como la función u objetivo que cumplen, para que sean consumidos sin prescripción médica. Por lo tanto, no será necesario un diagnóstico previo, receta ni seguimiento.
  • Además, no deben estar compuestos por sustancias psicotrópicas ni estupefacientes

Los medicamentos publicitarios también deben cumplir con unos requisitos mínimos en cuanto a su envase, como indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Por un lado, el envase o etiqueta debe incluir de forma obligatoria las indicaciones para su uso. También, según el medicamento concreto del que se trate, sería necesario que se informe sobre su conservación y uso. 

De una manera muy sintética, hablamos de medicamentos para tratar dolencias menores y de bajo riesgo, cuya recomendación puede hacerse en la propia farmacia.

¿Cuál es, entonces, la diferencia entre medicamentos EFP y OTC?

La terminología OTC (Over The Counter), a menudo referenciados como “de venta libre” hace referencia a toda la gama de medicamentos que es posible comercializar en una farmacia sin la necesidad de que exista prescripción médica. Es un término especialmente extendido en Europa y cuyo uso se extiende cada vez más a España. Es muy común mezclar EFP y OTC, y es entendible que así sea.

La gran diferencia entre EFP (insistimos en que el término vigente hoy sería medicamentos objeto de publicidad al público) y OTC, es que el primero sería un subconjunto del segundo. Mientras en el grupo de EFP sólo tienen cabida medicamentos para tratar enfermedades y dolencias leves, en el grupo OTC la tienen, además de todos los EFP, otros muchos productos que no tienen que ver con enfermedades y que pueden considerarse más de cuidado o higiene personal, como por ejemplo, la gama de productos dermofarmacéuticos o la de higiene bucodental.

¿En qué se diferencian los medicamentos publicitarios EFP de los medicamentos EFG?

Si bien EFP y EFG tienen una denominación muy similar, conceptualmente hay una gran diferencia y jamás deberían confundirse. Cuando hablamos de medicamentos EFG, hacemos referencia a los genéricos (Equivalente Farmacéutico Genérico). Con ello, nos referimos a aquellos que han sido creados en base a uno original. Al haber transcurrido el tiempo necesario (al menos 10 años desde que se autorizó el original), es posible desarrollar un medicamento que demuestre su efectividad, la similitud con el original en cuanto al principio activo, y su calidad. Además, se trata por lo general de medicamentos con un precio menor. En España, el organismo que se encarga de aprobar o autorizar los medicamentos genéricos es la AEMPS.

¿Es posible la automedicación en el caso de los medicamentos publicitarios EFP?

Automedicación

A menudo las personas, ante la aparición de síntomas por lo general de carácter leve, se autoadministran medicamentos que encuentran por casa. Esta práctica, que es bastante común, conlleva una serie de riesgos para la salud de la persona.

Como consecuencia de esta automedicación, pueden darse los siguientes efectos:

  • Efectos secundarios que afecten a nuestra salud. El medicamento puede llegar a ser tóxico.
  • No son indicados. Cuando una persona toma algún medicamento sin el consejo de farmacéuticos o sin indicaciones médicas, puede estar ingiriendo un medicamento no indicado para el síntoma o dolencia que presenta. Por ejemplo, no tendría ninguna efectividad que una persona tomara antibióticos para tratar la gripe.
  • Puede provocar que la persona sea dependiente o adicta al automedicarse con cierto tipo de medicamentos.
  • En el caso de los antibióticos, el uso en exceso y sin control ni orientación sanitaria, puede tener como consecuencia la falta de eficacia. Esto ocurriría ya que las bacterias acabarían siendo capaces de hacer frente a estos antibióticos.

Por lo tanto, no debería darse la automedicación en el caso de medicamentos que requieren receta médica. Esto se debe a que los medicamentos bajo prescripción médica implican un mayor riesgo o están orientados a síntomas más graves.

Automedicación de medicamentos publicitarios EFP

En el caso de los medicamentos publicitarios EFP, como hemos visto anteriormente en este artículo, no se requiere receta médica para adquirirlos. Por lo tanto, una persona puede comprarlos en la farmacia y tomarlos sin necesidad de que un médico haya realizado un diagnóstico o le haya indicado un tratamiento. 

Es importante que el profesional farmacéutico indique el modo correcto de uso del medicamento, pues aunque este tipo de medicamentos sirvan para tratar dolencias leves, su mal uso puede degenerar en situaciones de mayor gravedad. Desde el mostrador de la farmacia, por tanto, nuestra misión es aconsejar y ayudar en todo lo posible para que se dé una automedicación responsable

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