Intervención de la farmacia comunitaria en el cáncer

La lucha contra el cáncer es una batalla que afecta a millones de personas en todo el mundo. En esta lucha, los distintos profesionales sanitarios deben trabajar codo con codo para poner al usuario en el centro y ofrecerle una atención multidisciplinar.

Uno de estos agentes que cumple un papel importante en el bienestar de la persona con cáncer y en el proceso por el que pasará, es el farmacéutico. Desde la farmacia hospitalaria se participa en la investigación y ensayos clínicos de nuevos tratamientos, así como en la preparación y gestión de medicamentos para los quienes ya están siendo tratados. Pero…¿Qué podemos hacer desde la farmacia comunitaria para abordar el cáncer? 

Claves de la actuación del farmacéutico ante el cáncer

Además de ser capaces de trabajar en consonancia con el resto de sanitarios, como acabamos de mencionar, estos son los puntos claves será importante que el farmacéutico siga.

1. Conocer los diferentes tratamientos y terapias oncológicas

La farmacología oncológica es una rama muy especializada que requiere un profundo conocimiento de los fármacos utilizados contra el cáncer. Los farmacéuticos debemos estar al tanto de los efectos de las diferentes terapias, los medicamentos disponibles, sus mecanismos de acción y posibles efectos secundarios de los mismos. De esta manera, podremos aconsejar correctamente ante cualquier problema o duda.También será importante estar actualizado en cuanto a las últimas investigaciones, avances en este campo o terapias experimentales que permitan una mejor atención al usuario. Una vez más vemos como la formación continua del profesional es algo imprescindible en el mundo farma y nos permite estar al día en las distintas novedades del sector y de la medicina. Para ello, contamos con recursos como los cursos para farmacéuticos.

2. Personalización del  tratamiento y la recomendación

Cada usuario es único, y su tratamiento debe ser adaptado a sus necesidades específicas. A la hora de enfrentar esta enfermedad, influyen factores como la edad, el estado de salud general y las comorbilidades de la persona. Por lo tanto, el farmacéutico debe tenerlas en cuenta y ayudar a evaluar la idoneidad de los tratamientos propuestos y a identificar posibles interacciones medicamentosas según estos factores. Por ejemplo, si un paciente tiene problemas de corazón y toma medicación para ello, será una información clave para prevenir efectos adversos, ayudarle a que sea más efectivo o recomendarle medidas para aumentar su bienestar.

3. Manejo de efectos secundarios

Los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos pueden ser severos y debilitantes. Los farmacéuticos podemos ayudar proporcionando orientación sobre cómo gestionar y aliviar en la medida de lo posible estos efectos secundarios. Con frecuencia, incluyen náuseas, vómitos, fatiga y caída de cabello. También podemos recomendar medicamentos, suplementos o estrategias para aliviar estos síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona. Estos son algunos ejemplos de efectos secundarios que podemos ayudar desde la farmacia a prevenir o tratar:

  • Pérdida de cabello. Podemos recomendar productos para el cuidado del cuero cabelludo que sean suaves y efectivos. También, indicar un tratamiento para la alopecia una vez concluido el tratamiento oncológico.
  • Cambios en la piel. Según las manifestaciones que presente la piel, podemos aconsejar el uso de productos hidratantes y emolientes específicos que sean adecuados para pieles sensibles. También, cremas y lociones para la picazón, erupciones cutáneas o enrojecimiento. Es importante hablarles de evitar la exposición solar y del uso de protector solar de amplio espectro.
  • Uñas frágiles. Ante este problema, nuestra recomendación puede ir dirigida a evitar manicuras y tratamientos agresivos en las uñas, así como mantenerlas cortas y bien cuidadas. Si es necesario, se le pueden recomendar productos fortificantes de uñas.
  • Mucositis oral (úlceras en la boca). Los farmacéuticos podemos recomendar enjuagues bucales para prevenir y aliviar la mucositis oral, así como orientar sobre alimentos y bebidas que puedan agravar el problema. De igual manera, podemos indicar medicamentos de venta libre para tratarla y aliviar el dolor y las molestias causadas.

4. Educación sanitaria

La persona que lucha contra el cáncer necesita comprender su tratamiento y participar activamente en su recuperación. Para ello, los farmacéuticos desempeñan un papel esencial en su educación sanitaria, explicando los medicamentos, su dosificación, la importancia de la adherencia al tratamiento, y cualquier duda que tenga sobre su enfermedad. También pueden proporcionar información sobre posibles signos de alerta por los que deba acudir al médico.

5. Farmacovigilancia

La farmacovigilancia es un aspecto crucial de la actuación farmacéutica en el cáncer, al igual que ocurre con otras enfermedades. Los farmacéuticos deben estar atentos a cualquier señal de toxicidad o efectos adversos inesperados de los medicamentos oncológicos y notificarlos a las autoridades pertinentes. Esto contribuye a la seguridad de quienes están siendo tratados y al desarrollo continuo de terapias más efectivas.

7. Ayudar en la prevención de infecciones

Cuando una persona está en tratamiento para superar un cáncer, su sistema inmunológico suele verse afectado por terapias fuertes como la quimioterapia. Es ahí donde el farmacéutico puede ayudarle a fortalecer sus defensas y a prevenir infecciones. Para ello, podemos aconsejar sobre medidas de prevención de infecciones, ciertos suplementos que pueden ser de ayuda, la vacunación adecuada y prácticas de higiene específicas.

Consejos farmacéuticos 

Uno de los principales puntos fuertes de todo farmacéutico, y el principal valor para toda persona que llega a la farmacia, es la recomendación o consejo. A continuación, traemos algunos consejos para aplicar en el mostrador que pueden ser de ayuda a quienes padecen cáncer.

“Mantén un registro de tus medicamentos”.

Recomienda al usuario llevar un registro detallado de todos los medicamentos que está tomando. En él se incluirán nombres, dosis, frecuencia y horarios. Esto será útil para evitar confusiones y seguir el tratamiento correctamente. También ayudará al profesional sanitario en caso de interacciones, problemas o efectos adversos.

“Sigue las indicaciones de dosificación”.

Asegúrate de que la persona entienda las indicaciones de dosificación de sus medicamentos. Puedes ayudarle con herramientas como el Sistema Personalizado de Dosificación (SPD) de Medicamentos.

“No te saltes las dosis”.

No solo es importante que se tome la dosis correcta, también es imprescindible ser constante con el tratamiento. La adherencia al tratamiento es esencial para que los medicamentos sean efectivos. Si olvida alguna dosis, es esencial que consulte a un farmacéutico antes de tomar una dosis extra. Haz hincapié en que no debe modificar la dosis por su cuenta cuando ocurran estos olvidos.

“Háblame sobre otros medicamentos que tomas”.

Es importante que el usuario oncológico informe al farmacéutico sobre todos los medicamentos, suplementos, etc. que está tomando, incluso aquellos que no están relacionados con el cáncer. Los farmacéuticos podremos ayudarle a identificar posibles interacciones y ajustar su tratamiento en consecuencia.

“Conserva tus medicamentos adecuadamente”.

Debemos aconsejar y guiar a las personas con cáncer para que sepan almacenar correctamente los medicamentos. Nuestra recomendación será guardarlos en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa y fuera del alcance de los niños. No es recomendable almacenarlos en el baño, ya que la humedad y el calor pueden afectar a su estabilidad.

“Pregunta todas las dudas que tengas”.

Como farmacéuticos, estamos ahí para proporcionar a la persona toda la información que necesite y asesorarle durante su tratamiento. También es importante aportarle tranquilidad, seguridad y responder a las cuestiones que no tenga claras.

“Participa en grupos de apoyo”.

El apoyo emocional de personas que han pasado o están pasando por experiencias similares puede ser invaluable. Por lo tanto, podemos recomendarle que busque algún grupo de apoyo o hablarle de alguno que conozcamos, e incluso ofrecerle recursos que sean de ayuda a la hora de afrontar su enfermedad.