Actuación farmacéutica frente a los anticonceptivos

La anticoncepción es un aspecto fundamental de la salud reproductiva y sexual de las personas. Existen diversos métodos anticonceptivos, algunos de ellos no solo para evitar el embarazo sino que, además, previenen la transmisión de ITS. Las infecciones de transmisión sexual son un problema de salud pública que está multiplicando sus cifras en los últimos años, lo que demuestra la necesidad de concienciar a la población sobre los riesgos de tener relaciones sexuales sin protección.

En este contexto, la farmacia se convierte en el espacio perfecto para abordarlo. No solo por ser un establecimiento de venta de métodos anticonceptivos, sino porque cuenta con profesionales sanitarios que podrán orientar y concienciar a las personas. En este artículo nos adentraremos en las claves de la actuación del farmacéutico y en los principales tipos de anticonceptivos.

Anticonceptivos no farmacológicos

Los métodos anticonceptivos no farmacológicos son aquellos que no implican el uso de medicamentos para prevenir el embarazo. Se basan en barreras físicas, cambios en el comportamiento sexual o dispositivos mecánicos para evitar la fertilización del óvulo por el espermatozoide.

Métodos de barrera: 

Funcionan introduciendo obstáculos físicos o químicos que bloquean el avance de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio. Estos métodos han sido ampliamente empleados y en la actualidad siguen siendo populares debido a su seguridad, asequibilidad y su capacidad para proteger contra las ITS (en algunos casos).

 – Preservativos masculinos

Este es uno de los tipos de anticonceptivos más utilizados, ya que es de los más eficaces y previenen las ITS. Usualmente, se fabrican con látex, por lo que los farmacéuticos podemos asegurarnos de que las personas que los utilicen no sean alérgicas. En caso de que así sea, podemos recomendar otros de materiales como poliuretano, poliisopreno o nitrilo. También podemos asesorar sobre aspectos como las diferentes tallas o productos que satisfacen necesidades complementarias, como el caso de los lubricantes.

Preservativos femeninos

Son una envoltura de unos 15-17 cm hecha de poliuretano, látex o nitrilo, y diseñada para cubrir la vagina. Posee dos anillos flexibles: uno que se introduce para rodear el cuello uterino y otro que queda en la parte externa de la vulva. Este método es otro de los que protegen frente a las ITS. Además de venderlos, nuestra actuación puede incluir la tarea de informar sobre la forma de uso y sobre su eficacia, que es menor que la del masculino. 

Diafragma

Se trata de una cúpula circular de látex o silicona que cuenta con un anillo metálico flexible para cubrir el cuello del útero. En el caso de este anticonceptivo, el farmacéutico informará a la persona que el tamaño del diafragma debe ser el indicado para la vagina. También, que debe introducirse 6 horas antes de mantener las relaciones sexuales y seguir con él hasta 6 horas después, como indica el CGCOF Será importante nuestra labor farmacéutica, además, para indicar cómo colocar el diafragma y sobre la posibilidad de reutilizarlo.

Capuchón cervical

Este método, fabricado normalmente de goma, es similar al diafragma. Ambos pueden ser reutilizados y son más o menos igual de eficaces. Dentro de nuestro consejo farmacéutico se encontrará indicar que debe colocarse igualmente 6 horas antes y retirarse 8 horas después.

Anticoncepción hormonal

Estos métodos anticonceptivos contienen hormonas que afectan el ciclo menstrual y previenen el embarazo al inhibir la ovulación. Al igual que en los métodos anteriores, los farmacéuticos podemos intervenir informando de cómo utilizarlos de manera correcta o resolver dudas que tenga el usuario. Además, debemos advertir que estos métodos no protegen de las ITS. Entre ellos encontramos:

  • Píldoras Anticonceptivas:

Las píldoras anticonceptivas son pastillas que contienen estrógeno y progestina o solo progestina. Se toman diariamente para prevenir la ovulación y alterar el moco cervical para dificultar el paso de los espermatozoides. Son altamente efectivas si se toman correctamente.

  • Parches Anticonceptivos:

Son adhesivos delgados que se colocan en la piel y liberan hormonas a través de la misma. Se cambian semanalmente durante tres semanas seguidas, y en la cuarta semana se omite el parche para permitir la menstruación.

  • Anillos Vaginales:

Se trata de anillos flexibles que se insertan en la vagina y liberan hormonas durante tres semanas consecutivas. En la cuarta semana, se retira para permitir la menstruación.

Anticoncepción de emergencia

En casos de emergencia, las farmacias serán el lugar al que acudan las personas que quieran un método anticonceptivo de emergencia o poscoital. Estos métodos suelen tener una gran eficacia, con un margen de error del 2%, pero no previenen de contraer infecciones. Funcionan interviniendo en la implantación y supervivencia del oocito para impedir que se desarrolle el embarazo. Nuestro papel como farmacéuticos será de gran importancia, ya que educaremos sobre el uso de este método y recomendaremos un tipo u otro de esta famosa “píldora del día después” según el tiempo que haya pasado desde las relaciones sexuales. Esto se debe a que unas tienen más eficacia que otras al pasar 72 horas. Además, desde la farmacia podemos informar acerca de los riesgos de utilizar métodos de emergencia. De esta manera, ayudaremos concienciar sobre el uso de métodos anticonceptivos preventivos.

Aunque no solo se utiliza en casos de emergencia, otro de los métodos es el dispositivo intrauterino, también llamado DIU. En el caso de este anticonceptivo, debe ser introducido por un profesional de la salud. Funciona provocando cambios en el endometrio para interferir en el transporte y la preparación de los espermatozoides.

Funciones del farmacéutico en el uso de anticonceptivos

A lo largo del artículo hemos dado algunas pinceladas de cómo es la actuación del farmacéutico frente a la anticoncepción. A continuación, enumeramos cuáles son nuestras principales funciones:

  • Asesoramiento personalizado. Cada individuo es único, por lo que el asesoramiento debe ser personalizado. Para ello debemos considerar su salud, estilo de vida y preferencias del usuario.
  • Educación sobre uso correcto. Como hemos mencionado anteriormente, somos el profesional sanitario perfecto para proporcionar información detallada sobre cómo usar cada método correctamente para garantizar su eficacia. 
  • Dispensación. En las farmacias contamos con algunos de estos métodos, por lo que las personas pueden adquirirlos en un establecimiento donde saben que hay profesionales sanitarios que podrán resolver sus dudas.
  • Evaluación. Algunos métodos pueden tener interacciones con medicamentos o condiciones de salud preexistentes. Por ello, es esencial que el farmacéutico pueda evaluar la idoneidad de un método para una persona según sus necesidades.
  • Informar sobre efectos secundarios.
  • Derivación. En casos donde se requiera atención médica, los farmacéuticos pueden derivar a los usuarios a profesionales de la salud. Ellos realizarán una evaluación más detallada o procedimientos como la colocación de DIUs.